Con corazón, voluntad,
concentración, ganas y lucha constante no hay forma de que no se cumplan los
sueños más complejos. Esta es la lección que me deja el Sr. Juan Esteban
Aristizabal Vásquez de 43 años en su paso por mi ciudad natal Guayaquil,
lección que le debo no exclusiva ni únicamente a él sino a mis compañeras de
este viaje Nelly Paredes y Pakita Martínez.
A mis veintisiete años había ya
casi abandonado la idea de verlo, el “ya
casi” de esa oración resulto ser mi más grande salvación, parte de mi no quiso
rendirse a pesar de que todo jugaba en nuestra contra. Para los que no lo
siguen Juan es un artista de muy alto calibre, viaja de modo privado, no suele
dar entrevistas y quienes lo ven suelen hacerlo mediante contactos, contactos
que quien les escribe una común cristiana no tiene. Me pudieron abuchear mil
veces la idea y lo más razonable era ahorrarse el problema que significaba no
ir a trabajar e ir al concierto normalmente. Pero algo en mí no quería
abandonar la idea por más ridícula, absurda o sacada de las aventuras de Tom
Sawyer que pudiese parecer.
No creo en “accidentes”
“casualidades” o como quieran llamarse, estoy convencida que sí no se dio antes
fue porque quizás no hubiera disfrutado tanto esta vez con personas tan queridas
por mí, todo eso me hace creer fielmente que no fue por “casualidad” que han
llegado a mí vida debían estar, enseñarme. Y así llego Pakita Martínez para el
año 2006, personaje en la historia que me recordó cuando más lo necesité que no
debíamos abandonar esta idea sin importar cuantas veces se nos haga añicos el
corazón ¡Y vaya que tuvo razón! Personaje de fe, mi constante recordatorio que
lo íbamos a lograr, motivación absoluta. Parte por la cual la admiro tanto es
porque a ella también le rompieron el corazón un par de veces pero al igual que
yo guardaba ese pedacito que no quería rendirse por más extraño que suene. Y
Nelly Paredes personaje que llegué a conocer en el 2009 quien tuvo el coraje,
agallas y locura de hacer lo que yo no pude formar un club. No es una persona a
la que le puedes decir que no porque seguramente te sacará las mil y una
razones por las que sí es, y así será. Resulto ser que todo lo que necesitamos
era un poquito de apoyo y fe para que ese sueño casi abandonado por completo se
cumpla.
Llegó el día bautizado como
“cero” o “más esperado”. El 29 de Septiembre del 2015, se nos comunicó hora de
llegada para las 21H00. Después de que el corazón volvió a funcionar me aliste
para ir, con globos, camiseta y lista para lo que venga. Nadie pensó por
experiencias pasadas que se lograría verlo, suelen llevarlo en el Juanesmóvil
más rápido que una bala no sé a quién agradecer por verlo si al alcalde de mi
ciudad por renovar el aeropuerto de modo que si pudiéramos verlo, a Dios, a
Juan. Fuere quien fuere Juan salió por una puerta VIP. Todo plan de corear su
canción, de saludarlo, todo plan de orden como esperado al piso. Sí terminé
viva fue porque seguro no era mi tiempo, si no caí fue porque el amor me
mantuvo firme. Lo abrace, le di un beso ni una palabra cruzada pero su sonrisa
sí que contó por miles. Su mirada me decía “¿Viste que no era necesario
rendirse?” y mi abrazo fue mi modo de contestar “Pensé que esto jamás pensaría”
Sí que lo pensé. Para esto ya eran las 22H00 y pensábamos que esta sería la
mayor interacción de la noche, nos quedamos para saludar a sus músicos quienes
acostumbrados a los fanatismos fueron sumamente abiertos a tomarse fotos,
saludar, sonreír con nosotros, encantados con nuestra camiseta y nuestras
ganas.
ERROR pensar que acá acaba la
historia pues cierto “fan vitalicio” Christian nos trajo buenas nuevas. Juanes
le había confirmado un encuentro con su club para el día siguiente a las 17H00
en el Centro de Convenciones. Emoción sobra palabras fallan es el modo más adecuado
de describir lo que sentí, no lo quise creer, parte de mí quiso convencerse que
se trataría de la prueba de sonido sin posibilidad de verlo sólo para
resistirlo, sólo para volver a respirar (cosa que no me resulta tan fácil en
estos momentos) para no llorar, para lograr soportarlo con calma.
Al siguiente día estuvimos todo
el día en el hotel, esperando, esperando y esperando a que el sueño se cumpla a
que nos den señas de vida, acá queríamos verlo y dispuestas a todo estuvimos
horas esperando hasta que al fin nos confirmaron sería antes de lo planificado.
Sí comí fue un milagro, si logre cambiarme fue de suerte, si logré bañarme fue
porque Dios lo dispuso a así. Estaba dispuesta a no hacerlo si era necesario.
No iba atravesarme a un sueño por un bocado de comida o gota de agua.
JAMÁS.
Estuvimos esperando hasta que Don
Juan nos permita ingresar, no se hizo esperar ni un segundo, su palabra es oro,
justa y remienda heridas pasadas. Lo abracé, su olor envuelve todo, su mirada
mata y sus palabras curan y alimentan fe. Lo saludé, lo miraba, no pude creer
lo que pasaba a mí alrededor. ¡LA FOTO! Pensé, no soy de las que toma mil
fotos, pero la memoria es frágil y de algún modo tenía que captar el momento en
que se cumplía no sólo mi sueño sino el de ocho personas más. ¡TENIA QUE!
Mientras esperábamos la foto, Juan me abrazaba transcurría el tiempo en mi
mente dolorosamente rápido y lento al mismo tiempo. ¿Sabrá el lo que significa
para mí esos 30 segundos de abrazo? ¿Podrá entenderlo? ¿Podrá entender lo que
es que sus canciones te acompañen siempre? Su amabilidad, respeto y mirada me
decían que sí que él lo entendía por eso nos había dado ese espacio. Los
regalos me permitieron otro abrazo, regalos que le gustaron “a su medida” Es
obvio contesté, para que sepas que acá sabemos escogerlos. Se rió.
Y la historia no acaba aquí, lo
vimos irse no pensamos pararía pero lo hizo. Pudimos hacerle de la mano y verlo
partir pero les dije. La historia no acaba aquí pues tuve la dicha de ganar el
Meet and Greet de Mall del Sur tendría que esperar 4 horas. Risorio. Nada para
los quince años que ya había esperado, ¡NADA! La espera fue divertida, caótica,
dulce y bien compartida.
Me nombraron y mi nombre jamás me había hecho saltar tanto,
tanto había hablado con los organizadores que hasta risa me causo que me llamen
“Anita” - Olvidemos formalidades, a ella la tratamos con cariño - la
organizadora del Meet me reconoció cuando me lo entregó, ya todos sabían quién
era y a mí me encantaba. Mensaje con mucho cariño para futuros organizadores
del próximo concierto en Guayaquil. Seremos su peor pesadilla.
Me vio me dijo “Hola mi amor” el
tiempo se paró para procesarlo, definitivamente toda duda anterior de sí el
entendía lo que yo sentía se aclaro, él lo entendía perfectamente. Igual
necesitaba decirlo “Te quiero mucho” Le contesté. Juzguen la foto como quieran
pero creo yo que su abrazo supera su respuesta “Yo también cariño”. Disfruté al
concierto, aunque es obvio que SIEMPRE me van a faltar canciones, siempre queda
en deuda conmigo pero le perdono todo. ¡TODO!
Acostumbradísima a no verlo,
entiendo ahora que la paciencia y la constancia son armas sumamente peligrosas
que suelen subestimarse. Que los sueños se cumplen SIEMPRE y que si no se
cumplen es porque se cumplirá algo mejor o de un modo distinto. Agradezco a
quienes me soportaron estos dos meses Nelly, Pakita. Sepan que las llevaré
siempre en el mejor de los recuerdos, que las quiero mucho que nada hubiera
sido igual sin ustedes, que comparto su felicidad como ustedes la mía, que lo
han construido nada lo borrará, nadie nos quitará lo ganado con trabajo. Al que
obra bien le va bien. A Juan el artista que me acompaña en mis peores momentos
el que dice mejor que yo lo que siento, el maestro, el único, el que mueve cada
fibra de mi ser, el que tiene un espacio en mi corazón que nadie ocupa, quien
me enseña a vivir, mi credo y doctrina, él que me ayuda a afrontar mis más
oscuros momentos, quien llena mis vacios, mis palabras, me cura, aligera la
carga, me alienta con cada palabra, apacigua dolores. Gustosa espero quince
años más de ser necesario pero esto acá no se acaba. Lo que sentimos por ti es
amor de puro, del bueno. Admiración absoluta y respeto total. ¡Gracias eternas,
totales e infinitas por existir!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario