Me iba de Guayaquil y eso era un
hecho. Desde que mi esposo decidió empezar su programa de maestría en Quito,
tuve que acomodarme a su plan por amor y por seguir en el proceso de buscar
nuestra familia. Por eso, en marzo comenzó la travesía de esto que se conoce
como proyectos personales. Hasta el mes de julio nada me había parecido tan
monótono, nada de acción, nada de emoción en la vida. Ojo, no quiero decir que
mi vida era un desastre sino que poco a poco me iba sintiendo vieja en esto de
volver a ver a mis cantantes favoritos. En el 2006 conocí a una persona que
sigue siendo importante y que Christian quiere muchísimo, Anita Andrade. Con
ella compartimos un gran amor por Juanes y su forma de interpretar la vida. Más
claro, amamos su discurso cotidiano y al mismo tiempo pacífico. Más que su
belleza física, vemos su esencia artística. Desde el 2008 no pisaba Ecuador y
ya estábamos planificando un viaje a donde fuere con tal de verlo y cantar con
él.
Con Anita empezamos esta amistad
y sueño cuando yo apenas tenía 16 y ella ya era mayor de edad (por eso siempre
la responsabilizaban si me pasaba algo), estuve en el club hasta esa fecha,
2008. Twitter despegó en el 2009 y mucha gente comenzó un gran abrazo virtual.
En ese año ya el club había fallecido hasta que llegó Nelly Paredes a levantar
de las cenizas el sueño juanático por excelencia. Nelly es de Quito y aunque
estamos a cuarenta y cinco minutos en avión era como que medio complicado ver
face to face a nuestra querida Presi. Dios nos cría y Juanes + Twitter nos
juntó. Debo decir que Nelly es de esas personas que te elevan el ánimo, la fe y
te hace fuerte. Aunque ella dice que es ingenua, creo que es de las más sabias
de todas. Sin embargo, lazos fuertes e inquebrantables no hicimos en un
principio debido a mi poco interés en Twitter. Me metí de lleno en el 2010 y
casi llego a ser una tuit star (jajaja, mentira). Nelly aterrizaba en su sueño
juanático y era de las más constantes: conversaba con Juanes de la profundidad
de sus letras. Admirable, una postura genuina que no todo el mundo maneja ni
siquiera en redes. A esas personas se les nota que la idea de que te llegue el
artista al corazón es algo impensable, solo es la foto y presumir que son los
fans #1. Cuando todos sabemos que el fan de verdad la suda y apoya al artista
más allá de sus defectos como humano.
Parcialmente en el 2008 cumplí el
sueño de ver a Juanes. Digo parcialmente porque no fue la situación ideal ni
con las personas indicadas (a excepción de Anita, ella siempre ha sido ideal e
indicada cuando de aventuras se trata). Este año, luego de 7 años, Juanes
regresaba a mi ciudad, a mi Guayaquil precioso. Se me bajó la presión, lloré de
la emoción, mi esposo me prometió apoyo rotundo y empezamos a soñar cómo sería
verlo. Como club pasamos por etapas, pero la etapa del nuevo renacimiento (sí,
es una redundancia) se había convertido en el definitivo. Pusimos nuestras
ganas, comprometimos a quienes nos seguían de la manera más leal.
Ahí estábamos al pie de la lucha.
Más que la foto, más que la firma, más que el beso, se trataba de explicarle a
Juanes lo mucho que Ecuador lo quería y necesitaba. Eran 7 años y nosotros en ese tiempo jamás lo
habíamos olvidado. Hicimos tres trendic topics nacionales ocupando siempre los
primeros lugares. Esa era nuestra forma que viera de manera directa lo mucho
que lo extrañábamos. Con Juanes siempre hubo una conexión especial, en mi caso,
como expliqué arriba, escucharlo es aliviar una herida poco a poco. Sí, heridas
profundas que la vida te deja y que la experiencia te dice que son tus mejores
medallas. Juanes es eso: sobrellevar la vida luego de la caída.
El club ya tenía una meta: como
grupo conseguir que Juanes viera que somos parte de ese mensaje. Desde julio
hasta septiembre el trabajo tenía que ser incansable, imparable y transparente.
Contar con la ayuda de nuestros hermanos alrededor del mundo es el espaldarazo
de confianza y cariño. Empezamos la campaña de expectativa, a conversar a
diario con Juan para que entendiera la relevancia de su visita, por eso eran varios
tuits dándole el saludo del club. Pero más allá de eso, fuera de las redes
sumábamos fuerzas para que viera que su familia ecuatoriana se estaba
expandiendo.
El 30 de septiembre llegó. Sí, es
una elipsis bastante fuerte, pero debemos ir a lo importante. Se supone que mi
maestría empezaba el 5 de octubre por lo que esa sería mi manera de despedirme
de Guayaquil: abrazando a Juanes y cantando con él. Muchas incertidumbres
pasaron por nuestra mente, pero cuando llegó Nelly a Guayaquil empezamos a navegarnos
la vida por aterrizar bonito en el sueño. Juanes pisó Guayaquil el 29 de
septiembre a las 21h00. Que si los globos, que si las camisetas (diseñadas por
Chris que siempre estuvo para nosotros no durmiendo, tuiteando y cantando como
si fuera un fan más, aunque Juanes y él podrían ser mejores amigos porque les
encanta Metallica), que si la gigantografía, que si la duda de saber por dónde
saldría Juanes. Nos entrevistaron para la televisión en un famoso programa y
ahí estábamos, saltando y gritando las más hermosas palabras para Juan. Sí, uno
cumple 25 años y lo sigue queriendo como cuando tenía 12. A las 21h30 sale
Juanes y muchas personas amontonadas empezaron la labor del griterío novelero,
nosotras ubicadas en la puerta coreando “TE QUEREMOS JUANES, TE QUEREMOS”. El
paso inclemente de la masa humana me hizo el favor de caer a los pies de Juanes
que con una sonrisa enorme, con esa mirada intensa debajo de la gorra que
resaltaba el blanco de su piel, me dice “HEEY, HEEY, HOLA MI AMOR”. Pues sí,
qué vergüenza me caí y él me abraza, bello y cálido como siempre.
Sin embargo, el compromiso con el
resto de los miembros del club había empezado. Lamentablemente somos mujeres
juanáticas por lo que la belleza de Juan nos nubló por varios minutos. En esta
primera parte de la aventura al pie del cañón estuvieron Anita, Nelly, Lissy,
Romi, Chris y su servilleta. No quiero ser cruel con mi género, pero bien
estuvimos con Chris. Cogió mi Tablet e hizo Periscope de la llegada de Juanes y
lo siguió hasta el final. Mientras nosotros conversábamos con Juan Pablo Daza y
Felipe Navia, ya mi esposo se había diluido entre la multitud que seguía a
nuestro Juan. De repente, vemos que Chris llega súper agotado y muy pálido. Le
preguntamos qué ocurría y nos pidió que nos acercáramos de la manera más
prudente. Nos comentó como en secreto estatal que Juan nos había dado un
encuentro como club (#cachín), que estaba súper contento por ser recibido por
sus representantes (doble #cachín). Sería a las 5pm del miércoles 30 en el
Centro de Convenciones.
El miércoles 30 iba a tener más
de 24 horas. Primero porque el club debíamos esperarlo como delegación oficial
en el hotel. Evidentemente no queríamos causar ninguna molestia. Juanes es un
ser humano que se merece respeto y no pensamos nunca en invadir su espacio personal.
Solo queríamos que viera la gigantografía y que con nosotros había alma,
corazón y vida. Siempre. Como siempre. Llegaron Lu, Matty, Yury, Katty, Gema,
Nell y bueno, nosotros Chris y yo. Conversamos con Richard Bravo, el ángel de
la percusión. Se reía de nuestras bromas y compartimos muchos datos agradables
tanto de Ecuador como los de su trayectoria artística. Partimos a nuestra casa
para descansar y estar lúcidos.
La operación era de la KPG.
Literalmente. A las 5 pm Juanes nos iba a recibir en el Centro de Convenciones
y debíamos llegar todos a tiempo. Mientras Nelly y Anita monitoreaban todo
desde nuestra base oficial (San Marino Shopping Mall), Chris colapsaba en el
Servientrega del Centro de Convenciones. Eran las 16h30 y la Presi no llegaba
junto con las delegadas: Yury, Lu y Anita. Por nuestro lado teníamos en
custodia a Matty, Gema e Irina. Había más juanáticas por llegar pero el tráfico
inclemente nos estaba retrasando el ansiado encuentro.
Cuando llegaron las demás,
debíamos entrar a la velocidad de un rayo. Y así hicimos. Juanes nos recibió,
se acercó y al inicio los nervios nos cegaron; no lo reconocíamos. Pensé que me
iba a dar algo, que me iba a desmayar en sus brazos y ahí se terminaría el
encuentro. En realidad, creo que los 25 años me asentaron bien y conversé con
él. Saludó al club y la verdad ver muchos sueños cumplidos en menos de un
minuto me dio una lección de vida: todo se puede con perseverancia y con las
personas indicadas. La mirada de Juanes se concentró en nuestras camisetas y
las elogió mucho. El regalo del club estuvo a cargo de Nell, Anita, Lu y Yury:
sombrero de paja toquilla, rosas, gorra bordada y pulseras. Que si bien alcancé
a ver en el concierto las llevaba puestas (#amorcito). Anita había perseguido
el sol durante quince años, junto conmigo. Para hablar de sueños individuales
no era el momento. Era el momento de concretar algo que como grupo habíamos
conseguido.
Juanes se despidió con el abrazo
de las fans. De aquellas que habían esperado siete años para expresar todo lo
que sentían por él. Sin duda alguna, la felicidad de Nell, Lu, Matty, Yury,
Gema, Irina y Anita es mi felicidad. A diferencias de otras fans, que por
cierto no critico, se pudo ver el esfuerzo por conseguir el abrazo y la
atención de su artista. Nuestra idea jamás fue dejar atrás a alguien, nunca. No
necesitamos de eso. Queríamos que Juanes nos mire y descifre que lo queremos.
A pesar de que no todas lo
pudieron ver por cuestión horarios de trabajo, estuvimos como delegación y nos
hicimos sentir. Eso es lo que importa. El club pudo pasar por muchos obstáculos
pero vuelvo y repito: las personas indicadas traen acciones indicadas. Somos un
grupo y estamos orgullosos de pertenecer a él. Somos una sola fuerza y eso
quedó demostrado. Juanes, ven lo más pronto posible; tu club te quiere siempre.
Gracias Nelly, Anita, Lu, Katty, Vall, Irina, Romina, Lissy, Matty, Yury, Chris, Gema por ser parte de esta familia.
Algunas fotos son créditos de Lu Izquierdo.
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